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Desde el cielo a la Fiestas

No hay nada más emocionante para un gasteiztarra que el momento en el que el txupinazo explota en el cielo y el Celedón asoma por el campanario de la Iglesia de San Miguel. Miles de ojos observan como con su paraguas, el protagonista de las Fiestas de Vitoria sobrevuela la plaza de la Virgen Blanca ante el griterío de una multitud con ganas de cinco días de jarana. Su discurso desde la balconada de la Plaza marca el inicio de las Fiestas de Vitoria, y desde las ventanas de los edificios llueven cubos de agua para refrescar a las kuadrillas y a todo pitxipata.

La Plaza de la Virgen Blanca es el epicentro de la ciudad. Con el buen tiempo sus bares y terrazas son el mejor lugar para tomarse una cerveza y disfrutar de la panorámica. Está dedicada a la patrona de Vitoria, que vigila desde su hornacina del pórtico de San Miguel. Su desnivel, su torre y sus balconadas típicas ofrecen la imagen más icónica de la ciudad. En mitad de la explanada se alza el Monumento a la Batalla de Vitoria, que conmemora la victoria de un conglomerado de tropas españolas, británicas y portuguesas contra el ejército de Napoleón.

En 1882, en el lugar donde se encuentra hoy el monumento, los vitorianos cavaron en busca de agua el que fue el pozo más profundo del mundo. No encontraron ningún acuífero, pero llegaron a los 1021 metros de profundidad. Comprobaron como a esas profundidades la temperatura aumentaba hasta los 40 º. 140 años después, en Kora Green City hemos vuelto a cavar. En este caso un sistema de 18 perforaciones a 150 metros de profundidad y hemos usado el calor que emana de la tierra para calentar el edificio gracias a la geotermia.

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